La Dirección de Industrialización Agropecuaria cuenta con médicos veterinarios zootecnistas, capacitados por el Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Alimentaria (SENASICA), que se encargan de inspeccionar a los animales que ingresan para ser sacrificados y con ello garantizar que sean aptos para el consumo humano.
Claudia Reyes Barraza, médico veterinario zootecnista a cargo del área sanitarista del conocido como Rastro Municipal, explicó el proceso de matanza del ganado, el cual se efectúa apegado a la norma establecida para garantizar que la carne sea saluble para los consumidores.
“Los animales llegan 24 horas antes de su sacrificio, en los corrales se les provee agua y no alimento, ya que tienen que tener un ayuno antes de entrar al sacrificio. Por parte del área sanitarista se revisa cada animal antemortem y posmortem, que vengan sin lesiones”, explicó.
La veterinario comentó que en el Rastro Municipal reciben a bovinos, equinos y porcinos; hay cuatro días en los cuales se lleva a cabo el sacrificio, lunes, miércoles, jueves y viernes.
“Los días lunes, miércoles y viernes atendemos a los bovinos, alrededor de 150 a 200 por día, mientras que el jueves llevamos a cabo el sacrificio de porcinos y equinos”, indicó.
Reyes Barraza detalló que el proceso inicia con la dictaminación del médico sanitarista, una vez que es autorizado para su sacrificio y entra a la planta para el faenado, el animal pasa un proceso de insensibilización, sangrado, descuero, retiro de las vísceras, corte, pesada y lavada para que quede una canal.
“Si detectamos alguna anomalía de un tejido o una víscera, se hace un decomiso, ya que hay varias enfermedades, por lo que tenemos que estar capacitados para poder identificarlas y dictaminar si el producto es apto para el consumo”, señaló.
Indicó que como parte de los requisitos para que el ganadero solicite los servicios que ofrece la dependencia, es que el animal que será sacrificado tiene que cumplir con cierta documentación; por ejemplo, debe de estar identificado por un arete siniiga, se tiene que presentar una factura, una guía de movilización y el papeleo necesario para corroborar que el ganado no fue adquirido ilícitamente.
“En el área de sacrificio tenemos varias etapas y fases, hasta que termina y concluye en una báscula y en una refrigeración, 24 horas después el introductor puede recoger el producto, siempre y cuando sea apto para consumo, nosotros como rastro no entramos en compra o venta, es directo el ganadero quien oferta su producto, el introductor tiene su transporte y moviliza la distribución a las carnicerías para el consumo”, explicó.