Un 16 de Diciembre del 2010, una cámara captaba el cuerpo sin vida de Marisela Escobedo. Algo que impactó no sólo a nivel nacional sino internacional.

Sobra mencionar sus acciones a través de su activismo contra la impunidad en nuestro país, sobra decir qué clase de mujer fue, simplemente, es un llamado a todas las mujeres de la población civil, para decir «¡No Más!». Hemos sido testigos de declaraciones, posicionamientos, propuestas de ley, pero todas las anteriores alejadas de la realidad de la joven, mujer, niña promedio de México. Nos cuidamos entre nosotras, nos alertamos entre nosotras todo sigue siendo reducido a unos cuantos porque la clase política pareciera no reaccionar.

Si nos manifestamos está mal, si no lo hacemos, también, si cubrimos rostros qué esconden, si los mostramos es una lucida. Claro, sabemos que hay quienes dicen representar nuestros intereses, cuando están coludidas con quien dicen criticar, sabemos que hay desde estudiantes hasta la clase política las que quieren sobresalir y hacer una carrera en la función pública sobre movimientos como este, sin embargo, un feminicidio no es trampolín político, no es para que unos cuantos de la clase privilegiada se vayan a sentar a mesas y decir cuánto hacen, nada ha cambiado, todo sigue igual o peor.

La violencia de género es el día a día de cualquier mujer en el país, y no se ha logrado una deconstrucción intelectual y educacional para que veamos reflejados los cambios que realmente queremos.

Debemos tener una postura firme ante la impunidad y el desinterés del gobierno mexicano, o ¿qué esperaremos? ¿Que la lucha de otra madre se convierta en otra serie de Netflix? … ¡No Más!