Los que tenemos la inmensa fortuna de disfrutar de nuestros amigos nos consideramos personas millonarias, porque la amistad sincera es una de las cosas más maravillosas que existen.
Los amigos de verdad lo dan todo de forma desinteresada, sin preguntar, sin exigir. Están ahí siempre que los necesitamos ofreciéndonos un abrazo, limpiando nuestras lágrimas, algunos hasta los mocos nos ayudan a limpiar, comparten nuestras tristezas, nuestros fracasos y celebrando nuestros triunfos y alegrías.
Pero hay amigos y hay mejores amigos con los que puede pasar tiempo sin verse, hablar o coincidir en alguna reunión pero sabemos que ellos están ahí, que la amistad y el cariño perduran.
Aquí unas ilustraciones que muestran las diferencias.