El cronista Ignacio Esparza en su libro Monografía Histórica de Ciudad Juárez, cuenta que en los años 40 había un hombre que padecía de sus facultades mentales, que deambulaba en las inmediaciones de la Misión de Guadalupe, el Mercado Cuauhtémoc y la Presidencia Municipal, era conocido como el ‘loco police’ y pedía caridad a la gente.

Relata el autor que el hombre en una de sus tantas travesías se asomó al contenedor y cayó, nadie se dió cuenta de ello, hasta que , un día los pobladores comenzaron a reportar que salían trozos de ropa podridos, a través de las llaves del agua, por lo que las autoridades comenzaron a hacer inspecciones sobre esta inhóspita situación. Al realizar las investigaciones necesarias, descubrieron el cadáver.

Las autoridades no notificaron sobre el hecho, ya que se temía un escándalo por la falta de mantenimiento y por el riesgo sanitario del que fue víctima la población; durante mucho tiempo se bebió agua de ahí, a pesar de ello, el depósito de agua fue retirado hasta 1947, diciendo que faltaban partes y no podía seguir funcionando.

Varios ciudadanos de ese tiempo, dicen que en las noches se aparecía el fantasma del ‘Loco Police’, aún estando cubierto el depósito, y dicen que en las noches se escuchaban gritos de auxilio y hubo algunos que aseguraron haber visto el fantasma sobre la estructura. Posteriormente se quitó el depósito una vez construido en 1906, vería su fin en 1947, la explicación otorgada fue que ya no era funcional.

Así, han pasado los años, ningún juarense murió, ni se enfermó – al menos que se sepa – y las autoridades nunca lo reportaron, pero, ¿aún se escuchan los gritos de el ‘Loco Police’?