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Historias y Leyendas Mundo

Algunas cosas que quizás desconoces sobre el príncipe Felipe, el consorte más longevo de la historia

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Más de 70 años pasó el Príncipe Felipe, Duque de Edimburgo, junto a la reina Isabel II de Inglaterra, era conocido por no morderse la lengua, pero también era aficionado a la pintura y las carreras de carruajes de caballos. El príncipe consorte falleció hoy a los 99 años.

SACRIFICIOS POR SU REINA

Felipe tuvo que hacer varios sacrificios para poder casarse en 1947 con la entonces princesa Isabel. Renunció a su título de Príncipe de Grecia y Dinamarca para tomar la nacionalidad británica y convertirse en Duque de Edimburgo poco antes de su boda y en Príncipe deL Reino Unido en 1957. Era de religión ortodoxa, pero aceptó abandonarla para convertirse en anglicano y, para complacer a su novia, dejó de fumar.

Tras la muerte del rey Jorge VI que propulsó a su joven esposa el trono en 1952, Felipe tuvo que renunciar a su prometedora carrera como oficial de la Marina Real Británica – Royal Navy -.

Esto implicó que debió aceptar que la familia real y sus hijos, no llevaran su apellido, sino sólo el de su esposa. A pesar de aspirar a ser visto como co-monarca, debió resignarse a un eterno papel de secundario tras una de las mujeres más famosas del mundo.

SIN MODALES

La reina Isabel II siempre lo describió como su “roca” y su “apoyo”, pero la familia Windsor estaba lejos de la satisfacción cuando la joven princesa anunció que quería casarse con él.

De acuerdo con el diplomático y escritor Sir Harold Nicolson, el Rey Jorge VI y su esposa lo encontraban “grosero, mal educado y sin modales” y consideraban “que sería probablemente infiel”. Intentaron presentar a su hija a otros candidatos más conformes con el perfil que ellos deseaban. En ese período tras la Segunda Guerra Mundial, la aristocracia británica se sentía incómoda con los allegados alemanes del Príncipe. Sus cuatro hermanas mayores, casadas con príncipes alemanes cercanos al Reich, no fueron invitadas a su boda con Isabel.

«REPOLLO MÍO»

Durante el año 2006 en la película «The Queen» de Stephen Frears, se dió a conocer el apodo con el que llamaba a su esposa, hay una escena de cuando se mete a la cama y le dice «Muévete, repollo».

En 1977, la reina y Felipe en el Nassau's Clifford Park, luego de su llegada a Nassau, en Bahamas (Kathy Willens/)
En 1977, la reina y Felipe en el Nassau’s Clifford Park, luego de su llegada a Nassau, en Bahamas (Kathy Willens/)

El guionista de la película, Peter Morgan, a el diario The Times, comentó «Pregunté en los círculos reales y me dijeron de buena fuente que es así como el duque a veces llama la reina”.

Este nombre afectuoso podría provenir de una traducción literal de la expresión francesa “mon petit chou” (“mi pequeño repollo”), ya que Felipe había vivido siete años en Francia durante su infancia.

NO MUY CERCANO A CARLOS

La realeza británica, de izquierda a derecha, el príncipe Carlos, heredero a la corona, su padre el príncipe Felipe y la reina Isabel II (AP)
La realeza británica, de izquierda a derecha, el príncipe Carlos, heredero a la corona, su padre el príncipe Felipe y la reina Isabel II (AP)

Las relaciones con su hijo mayor, Carlos, “nunca fueron especialmente calurosas” y llegaron a su nivel más bajo en 1995, según el semanario The Mail. La relación se vió perjudicada porque el Duque decidió talar 63 viejos robles en el Castillo de Windsor, cuando el Príncipe Carlos es un ecologista, y acusó a su padre de vandalismo, lo cual fue una declaración de guerra.

A menudo descrito como un padre duro y frío, cuando Carlos era un niño joven y sensible decidió enviarlo al austero pensionado escocés de Gordonstoun, cuyos rigores habrían endurecido al atlético Felipe pero resultaron un verdadero infierno para su hijo.

JINETE, PILOTO Y PINTOR

También era conocido por el amor que tenía por los caballos y las actividades ecuestres como el polo y las carreras de carruajes, un deporte en el que compitió para el Reino Unido.

También le gustaba escribir, pilotar aviones y tenía gran afición por los automóviles. Sin embargo, la pasión del príncipe por la pintura era menos conocida. Coleccionista de obras de arte, también pintaba él mismo: su obra más célebre es un cuadro de 1965 en que se ve a su esposa leyendo la prensa matutina y titulado “La reina en el desayuno, castillo de Windsor”.

Fuentes: AFP, Yahoo! Noticias, AP, REUTERS y LA NACIÓN