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Desarrollo Personal

El foso de las ranas, el poder de la opinión ajena

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Había un gran grupo de ranas que siempre iba a divertirse al bosque. Todas cantaban y saltaban hasta que caía la noche. Permanecían muertas de la risa y nada las separaba.

Un día, en su salida acostumbrada, fueron a conocer un bosque nuevo. Estaban en sus juegos cuando tres de ellas cayeron en un profundo foso del que ninguna se había percatado. Las restantes se conmocionaron. Miraron hacia el fondo del foso y vieron que era demasiado profundo. “Las perdimos”, dijeron.

Las tres ranas caídas intentaron subir por las paredes del foso, pero era muy difícil. Apenas avanzaban un metro y volvían a caer. Las demás comenzaron a comentar que sus esfuerzos eran inútiles. ¿Cómo iban a lograr escalar una pared tan alta? Era mejor que se resignaran. No había nada que hacer.

Dos de las ranas escucharon esos comentarios y comenzaron a rendirse. Pensaron que las demás tenían razón. La tercera rana, en cambio, siguió subiendo y cayendo, pero tras un par de horas, consiguió salir a la superficie. Las demás estaban asombradas. Una le preguntó: “¿Cómo lo lograste?” Pero la rana no contestó, era sorda.

No todas las críticas son positivas, sin embargo, no quiere decir que debamos hacr caso, especialmente cuando la gente no conoce las batallas individuales, definitivamente es siempre más sencillo ver al de enfrente, pero, es preferible siempre autoreflexionar, conocer nuestros puntos débiles y trabajar en ellos para una mejoría diaria, igualmente conocer los puntos más fuertes y lograr la excelencia en ello, lo que no es válido es ver al otro, juzgar al otro y criticarlo negativamente.

Hay críticas constructivas, que son retroalimentación personal, son maravillas de palabras que provienen de alguien que nos estima, en esta época de cosas baratas y amistades temporales, debemos aprecias la construcción positiva, mientras tanto no olvidemos ser como la rana, a palabras necias oídos sordos.