El Día de Muertos es una celebración tradicional mexicana que honra a los muertos los días 1° y 2 de Noviembre; se le relaciona con las celebraciones católicas del Día de los Fieles Difuntos y Todos los Santos.

Principalmente se celebra en México, Bolivia, Ecuador, Guatemala y no tanto en países de América Central y la región andina, en América del Sur, desde el noreste de Argentina hasta los EE.UU. en zonas donde hay principalmente personas de los pueblos originarios. Actualmente ya se celebra en Buenos Aires, por migrantes del área andina central, principalmente del occidente de Bolivia y el sureste de Perú.

Las celebraciones precursoras del Día de Muertos en nuestro país son anteriores a la llegada de los españoles, históricamente hay registros de celebraciones de las etnias mexica, maya, purépecha y totonaca. Rituales que celebran la vida de los ancestros se realizaron en estas civilizaciones desde la época precolombina; entre los pueblos prehispánicos era común la práctica de conservación de cráneos, eran considerados trofeos y se mostraban durante los rituales que representaban la muerte.

Por muchos años, en diversas culturas existen creencias en torno a la muerte que han logrado desarrollar toda una serie de ritos y tradiciones para venerarla, honrarla, espantarla e incluso para burlarse de ella. México. es un país rico en cultura y tradiciones; uno de los principales aspectos que conforman su identidad como nación es la concepción que se tiene sobre la vida, la muerte, las tradiciones y creencias en torno a ellas.

El 7 de Noviembre del 2003, la UNESCO distinguió la festividad del Día de Muertos como Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad, se ganó dicho honor por considerarla «Una de las representaciones más relevantes del patrimonio vivo de México y del mundo, y como una de las expresiones culturales más antiguas y de mayor fuerza entre los grupos indígenas del país.»

Por lo anteriormente expuesto, es primordial la conservación de nuestras tradiciones, ayudar a la preservación de nuestra cultura, ya que finalmente nos da identidad y sentido de pertenencia, honremos nuestra herencia conociendo nuestra propia historia.