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Desarrollo Personal Historias y Leyendas

Fábula china: El pintor

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Cuentan que hace mucho tiempo, el emperador de la China decidió enviar al pintor de mayor talento del país a un lugar muy lejano, unas tierras que el imperio acababa de conquistar. El emperador deseaba conocer aquella tierra, y había que recorrer muchos kilómetros, por lo que pidió al pintor que la retratara para que pudiera verla.

Y así fue cómo el pintor viajó hacia aquel lugar, recorrió todo el país, observando con cuidado cada zona y cada persona, memorizando todo lo que veía. Pero no pintó ningún cuadro, y regresó al reino con las manos vacías. El emperador, al ver que no traía nada, se molestó mucho.

Entonces, el pintor pidió que levantaran un enorme lienzo sobre la sala más grande del palacio y se puso a dibujar. Y pintó todo lo que había visto, representando el país entero.

Cuando el emperador fue a verlo, el pintor describió todo lo que había dibujado: de dónde partía cada camino, cuántas casas podían verse, las montañas que asomaban al fondo, el curso de los ríos… Y el pintor estaba tan emocionado al contar lo que había dibujado, que a todos les pareció ver que comenzaba a caminar por uno de los senderos dibujados, alejándose y perdiéndose tras una curva. Después, el dibujo se desvaneció y tanto el emperador como el resto de asistentes se quedaron en silencio.

Reflexiones

La pintura representada nació del corazón, era tan emocional, que consiguió transformarse en una realidad. La realidad, descrita por el corazón, siempre será más auténtica que cualquier representación.

– La realidad que nace del corazón: muchos filósofos han planteado … ¿la realidad existe o en verdad es lo que nosotros interpretamos? Esta fábula viene a apoyar la teoría que dice que la realidad no lo es hasta que unos ojos la captan, o unos oídos la escuchan o un corazón la siente. Es la emoción y los sentidos los que dan forma a la realidad. Por eso, la representación de la realidad nunca podrá ser equiparable a ella. sólo si se explica con palabras, si se impregna esa representación de emoción, conseguirá existir de verdad.

– Las emociones dan sentido a las cosas: frente a la realidad más estática, está la realidad de los sentidos, quienes otorgan la vida a las cosas. Sin ellos, todo sería inanimado, carente de sentido. El pintor no dibujó nada mientras observaba el paisaje porque prefería grabarlo en sus retinas y en su corazón, de forma que luego, al recordarlo, renacerían las emociones que le ayudarían a representar de verdad lo que había visto allí. La representación en un lienzo cobró vida y se hizo real.